Algo es una palabra amplia.
Es como darle nombre a lo que no puedes explicar, a lo que no sabes qué es,
pero que existe. Comienza como una intuición y al final se convierte en la certeza
de que existe. Algo es una palabra liviana.
Es como dar y no dar explicaciones. Muchas veces nos libra de las generalizaciones. Es
como una parte de un todo. No es bueno ni malo. Solo es algo. Es una palabra
suelta. Sin especificaciones. Sin género ni número. Es casi una muletilla. Es
una palabra curiosa, como soltada al viento.
Algo así. Algo saldrá. Dame algo. Cuando algo está bien. Todos necesitan algo. Algo que dije. Algo de nada.
Acá se supone que cuento algo sobre mi vida. Algo que se me ocurra. Solo Algo. Tomé el desafío para escribir algo. Escribo para decir algo. Y ese algo no aparece (?) Lo busco y no lo encuentro. Salgo a la calle, camino un rato, regreso y vuelvo a sentarme a escribir. ¿Y si suelto la palabra algo, regresará como un boomerang? ¿Será como el Karma? Me atraqué y no es fácil admitirlo. Aquí se supone que esbozo algo parecido al final que he estado pensando desde hace pocas líneas atrás. Algo así como buscar y buscar y darme cuenta que ese algo es el proceso. Es solo soltarlo y no juzgar el resultado.
Disco recomendado: Miedo Escénico - Beto Cuevas
Días de Abecedario es una dinámica creativa propuesta por la autora de Caminomundos. Con esto se busca estimular el proceso creativo, salir de los atascos sin poner juicios al resultado. Es una forma de prestar atención a los detalles y a todas las cosas que nos rodean. Se revuelven recuerdos, se usa la imaginación, se cuenta la vida de forma especial. También es un ejercicio de autoconocimiento y de encontrar una propia forma de decir las cosas.