Z de Zanahoria


En estos días tengo la piel color zanahoria. Me quemé en la sierra y de rato en rato pensaba en el final de este desafío. Hoy es el último domingo del primer mes de este nuevo año, y casi no me he dado cuenta. Me ha tomado bastante tiempo en concluir esta última entrada y en parte es porque me cuesta dejar ir las cosas. Es normal, supongo, hasta un punto. Y hoy llegó, aquí está el último día de este desafío que se movió a mi ritmo de caracol. Que me mantuvo alerta pensando creativamente, aunque muchas veces deseaba haberlo terminado desde el año pasado. Mientras me acostaba pensaba: X el 29 de Diciembre, Y el 30 y Z el 31. Lo dejas programado y listo, te fugas. Me fugué sí, y varias veces. Salté los pasos y rompí mis propias reglas. Pero qué importa eso ahora. Acá estoy, bajo mi propio ritmo, saldando una cuenta que me dice que por lo menos me debo un ejercicio intenso de escritura.


Hace tiempo que no escribía de música, pero que sí que me ido provisionando de ella. No sé por dónde comenzar. Vamos por partes. He estado viajando mentalmente al Reino Unido con el britpop de The Verve y yendo más allá del Bitter Sweet Shyphony. Pensando mientras dormía de largo entre dos asientos en un bus de la empresa León de Huánuco que nos dejó varados en Matucana por más de 10 horas (!) Pensando en lo bueno que es el disco Urban Hymns y más aún esa portada que recuerdo desde que la vi hace años. Desfilaban la canciones Drugs Don't Work, Sonnet, Lucky Man, Space and Time...y por unos largos instantes me olvidaba que estaba en el 10% del tramo para llegar a Huánuco. Me olvidé del fastidioso trasbordo, de la pasada por Pasco y del soroche que después me vencería.

En mi viaje a la semilla no volví a escuchar canción alguna hasta que regresé a Lima y me sentí fuera de onda. Mi mente seguía de viaje, pero mi cuerpo estaba en un lugar donde sentía que no tenía mucho que hacer. Pasaron un par de días mientras volvía en mí y en mis caminatas me sentaba en el mismo parque que me aguanta desde que decidí hacerme la loca con la formalidad que la sociedad exige excusando no tener tiempo para leer más, escribir más, expresarme más, en fin sentirme viva....y así me OBSESIONÉ con la canción The Heat Of The Moment repitiendo las letras, coreando, buscándola obsesivamente para que sea la primera canción del día. Y no me puedo despegar de Noel Gallagher hasta hoy, que ya es lunes 26 de enero y siento que una vez más terminar este desafío se me escurre de las manos así como los días. No estoy a tiempo. Paro en destiempo, y me estoy envolviendo en trabajos gratis. De pura pasión y bajas monedas, mientras reflexiono como si la vida me estuviera apurando. Como si se me acabara el tiempo de la cabina de internet.

Se acaba el britpop y suena una nueva versión de Losing My Religion desde el disco Punk Goes 90's y me engancho con la colección del Punk Goes Pop en su último volumen. Nunca había sonado mejor esta canción (hasta sacaron video, fíjate):




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Días de Abecedario:

Último post que se hizo esperar.